11 de marzo de 2008
Recuperando...
Reconozco que las cosas se complicaron y por un momento no pintaban bien. Pero contra los pronósticos pesimistas, es claro que no todo está perdido. No puedo negar la confusión que reina entre nosotros ahora mismo. Pero hay en el horizonte suficientes señales como para esperar que el viento sople más a nuestro favor. Si bien alguno se ha atrevido a dar pasos peligrosos, las cosas parecen estar en su sitio. El riesgo ha sido alto, no lo niego. Pero hemos visto ya señales que permiten recuperar la esperanza. Cierto, no habrá que bajar la guardia; será necesario permanecer atentos, pero parece que podemos confiar en aquellos a quienes hemos juzgado de ingenuos o débiles. Al final, aunque nos pese, somos el mismo. Más articulado de lo que yo mismo imaginaba hasta hace unos días. Las posibilidades de alinearnos podrían llegar por las vías menos sospechadas.
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