17 de abril de 2008

Nadie escucha

Durante semanas he cargado esto. Y sé que no bastará decirlo aquí. Es muy pesado. Y, paradójicamente, es maravilloso. Llevo a cuestas la luz, la claridad... El descubrimiento de preguntas que entusiasman, que ofrecen nuevos caminos, nuevas posibilidades. Y lo he dicho una y otra vez. Con más contundencia, fuerza y claridad con la que aquí simplemente lo escribo. Pero nadie escucha. De ahí que doy por hecho que decirlo aquí tampoco habría de cambiar las cosas. Quiero compartir, celebrar lo nuevo que somos y que ansía proyectarse al resto. ¿Dónde están todos? ¿Por qué nadie escucha?

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