17 de abril de 2008

Nadie escucha

Durante semanas he cargado esto. Y sé que no bastará decirlo aquí. Es muy pesado. Y, paradójicamente, es maravilloso. Llevo a cuestas la luz, la claridad... El descubrimiento de preguntas que entusiasman, que ofrecen nuevos caminos, nuevas posibilidades. Y lo he dicho una y otra vez. Con más contundencia, fuerza y claridad con la que aquí simplemente lo escribo. Pero nadie escucha. De ahí que doy por hecho que decirlo aquí tampoco habría de cambiar las cosas. Quiero compartir, celebrar lo nuevo que somos y que ansía proyectarse al resto. ¿Dónde están todos? ¿Por qué nadie escucha?

15 de abril de 2008

Disculpas

Lo siento. Sonará ridículo, pero es absolutamente cierto. Soy el que creó la cuenta que nos permite a todos acceder y publicar en este espacio. Hará unas semanas que salí de la sesión y, cuando quise acceder de nuevo, descubrí que había olvidado no sólo la contraseña, sino el de usuario y la cuenta con que nos di de alta. Como soy desconfiado nunca compartí el dato con ninguno de los demás. La labor para recuperar el acceso fue complicada, pero aquí estoy. Dando la cara. Mi mala memoria me convierte en un inútil para publicar con más frecuencia, así que quizá no me pase por aquí en un buen rato. Por lo pronto, ya le dejé los datos anotados al resto en un lugar accesible. Por si se cierra la sesión un día de estos.